SSD, ¿el futuro del almacenamiento de datos?
¿La unidad SSD superará la unidad de disco duro (HDD) tradicional? ¿Estamos cerca del cambio al almacenamiento masivo en la memoria flash y de la eliminación gradual del disco duro mecánico? Aunque se espera que los SSD ocupen un tercio del mercado en 2018, analizamos las ventajas y contras de utilizar todo este almacenamiento.
La memoria flash es más eficiente
Sin tarjeta(s) magnética(s) ni cabezales de lectura, ni mecánica, sino sólo electrónica: el SSD (Sold State Drive) encarna para muchos la ventaja del almacenamiento masivo, gracias sobre todo a sus ventajas en términos de rendimiento y resistencia al impacto.
Porque la memoria flash es más rápida, más eficiente energéticamente, más silenciosa y más resistente a los golpes.
Respuesta y velocidad inmejorables
El tiempo de acceso, ese corto período de tiempo necesario para que el medio de almacenamiento acceda a los datos, ha sido siempre el pilar de la memoria flash, con un rendimiento en esta área a menudo por debajo de los 0,05 ms, 200 veces más rápido que un disco rígido mecánico.
Ésta es la razón por la que el almacenamiento SSD es cada vez más preferido para arrancar el sistema operativo. Además de esa capacidad de respuesta, un SSD tiene una velocidad de lectura y escritura de unos 550 MB/s, el doble que un HDD moderno.
Y esto es con menos consumo de energía y sin ruido, a diferencia del motor y los platos giratorios de un disco duro mecánico.
También es la ausencia de piezas mecánicas lo que hace que el disco duro SSD sea más fiable, puesto que es menos propenso a fallar físicamente.
La capacidad de almacenamiento sigue creciendo
¿Los límites de la miniaturización amenazan el aumento exponencial de la capacidad de los discos duros HDD? Paralelamente, los fabricantes anuncian modelos SSD con más de 100 TB a partir de 2020.
Es el caso de Samsung, Seagate y Toshiba, que disponen de chips 3D V-NAND y NAND QLC para aumentar la capacidad de almacenamiento en la misma superficie, apilando múltiples capas con celdas que pueden contener 4 bits cada una.
Las prestaciones también prometen aumentar, con velocidades que van desde 1 GB/s de escritura hasta 3 GB/s de lectura.
Nuevas funciones atractivas para los centros de datos que ven favorablemente la disminución del coste por gigabyte de los SSD.
Entonces, ¿Por qué todavía no se ha destronado el disco duro tradicional?
Por su precio y su vida útil. Dos características penalizadoras vinculadas a la tecnología MLC, TLC y próximamente QLC. Un SSD anunciado a 550 MB/s, que dure un sistema operativo durante sólo 2 años, se reducirá drásticamente el rendimiento para alcanzar una velocidad de sólo 80 a 130 MB/s.
Considerado «desechable», SSD es la mejor opción para iniciar el sistema operativo y los programas rápidamente. Sin embargo, todavía está lejos de haber sido probado por acoger datos sensibles.
SSD y recuperación de datos, una ecuación compleja
En cuanto a la recuperación de datos, ¿todas las luces son verdes para el SSD? No del todo. Porque en caso de incidencia con su medio de almacenamiento, la recuperación de datos es mucho más difícil en la memoria flash que en la bandeja magnética.
El trabajo de la hormiga de desoldar los chips y reconstruir los datos es mucho más complejo y requiere mucho tiempo.
Y el borrado de datos al cabo de unos años es un gran defecto, sobre todo porque ningún indicio o síntoma puede avisar al usuario; como tal, SSD no es una solución de almacenamiento a largo plazo confiable.
Si el SSD es mucho más fiable contra golpes físicos (caídas, golpes, etc.), es muy sensible a los problemas eléctricos.
Una falla benigna y muy «común», sobretensión y subtensión después de un problema en la red eléctrica, solucionable en pocas horas en una bandeja de disco duro, puede tener consecuencias catastróficas en una unidad SSD (pérdida definitiva de datos, varios días de trabajo generando un coste importante).