Aunque los discos duros tradicionales siguen siendo esenciales, los SSD están ganando terreno y ahora alimentan a alrededor de un tercio de los ordenadores portátiles.
Más rápido y robusto que un HDD clásico, el hardware equipado con memoria Flash es también más caro.
En este contexto, el disco duro híbrido destaca como una interesante alternativa para combinar las ventajas de ambos sistemas. Descubrimiento.
La combinación de HDD y SSD
Empecemos recordando los dos sistemas separados:
- El HDD para “Disco duro”: equipado con gran capacidad de almacenamiento, ahora se pueden encontrar discos duros de más de un terabyte por menos de 100 euros;
- El SSD para “Unidades de estado sólido”: está basado en memoria flash y, por tanto, menos expuesto a fallos en caso de descarga física. Sin embargo, su «fecha de defunción» se programa según el número de ciclos de grabación. También es más caro: por una capacidad de un terabyte tendrás que pagar más de 300 euros.
El disco duro híbrido combina las dos tecnologías: memoria flash (SSD) y platos electromagnéticos rotativos (HDD) para realizar un disco duro SSHD o «unidad híbrida de estado sólido».
Un disco duro híbrido, ¿Cómo funciona?
La idea con un SSHD es aprovechar el rendimiento del primero y la capacidad de almacenamiento del segundo.
Los datos, archivos o software utilizados con frecuencia se almacenarán en la memoria caché en el SSD, una especie de copia, para un acceso más rápido. El sistema operativo normalmente se encuentra ahí para acelerar la velocidad de arranque del ordenador.
La memoria flash de un disco duro híbrido suele estar limitada a 8 o 16 GB.
La distribución de datos entre la parte SSD y las bandejas tradicionales se decide a nivel de controlador de disco SSHD.
De hecho, es él quien decide trasladar los datos más solicitados a la memoria flash.
SSHD: Más fiable, menos consumo de energía
El disco duro híbrido le permite aprovechar la excelente capacidad de almacenamiento manteniendo un rendimiento convincente, todo a un precio ligeramente superior al de un disco duro tradicional.
SSHD es obviamente más caro que un disco duro clásico, pero sigue siendo muy por debajo del precio de un SSD.
Además, SSHD aprovecha otras ventajas de la memoria flash:
- Menor consumo de electricidad;
- Reducción de la producción de calor;
- Vida y fiabilidad más largas.
El sistema SSHD, siendo por definición híbrido, tiene algunos inconvenientes relacionados con el uso de un disco duro HDD.
En comparación con una unidad SSD, la unidad híbrida no será completamente silenciosa y su resistencia a los golpes y polvo será menor debido a los platos electromagnéticos del disco duro.
En cuanto a la recuperación de datos SSHD, es más complejo y requiere un enfoque a medida.
Pese a estos pocos inconvenientes, el disco duro híbrido sigue siendo una excelente alternativa para los usuarios que buscan optimizar el rendimiento de su ordenador al mejor precio.