Poner un ordenador en reposo puede reducir el consumo de energía cuando no lo utilice, a la vez que disfrute de un reinicio más rápido que cuando está completamente apagado.
Cuando la operación se repite de forma incorrecta, el disco duro puede estar expuesto al riesgo de golpes y acelerado por su desgaste natural. Explicaciones.
¿Qué hacer con tu ordenador cuando está inactivo?
Cuando no utilice el equipo de forma activa, tiene cuatro opciones:
- Deje que el ordenador funcione con normalidad. Incluso puede tomar una medida de ahorro de energía sólo apagando la pantalla. Cuando el ordenador está conectado, puede programar la pantalla para que se apague con la configuración de arranque y de reposo después de un minuto a cinco horas sin utilizarlo.
- Pone el ordenador en reposo. Puede hacerlo manualmente mediante el menú On/Off o programar el modo de espera en la configuración al igual que para la pantalla cuando el dispositivo está encendido. Con un ordenador portátil, el modo de reposo también puede programarse cuando la tapa está cerrada a las opciones de alimentación. El modo de espera le permite reanudar rápidamente donde lo dejó, gracias a la memoria RAM que almacena los datos en uso.
- Pone el PC en hibernación. Esta opción está reservada para ordenadores portátiles y permite un mayor ahorro de energía a expensas de la velocidad de activación desde el modo de espera. Debe habilitarse en la configuración de energía adicional para que esté disponible en el menú de energía. En hibernación, los datos de trabajo en curso se almacenan en el disco duro y no en la memoria RAM.
- Apague el PC. Esta opción le permite apagar completamente el ordenador y, por tanto, reducir el consumo de energía a cero. También es esencial para instalar o actualizar determinados programas. Sin embargo, cuando reinicie, debe tener paciencia mientras inicia el sistema operativo.
¿Hibernación del disco duro, idea buena o mala?
La actividad del disco duro es independiente del sueño del ordenador. Si se pone en reposo después de varios minutos de inactividad, puede configurarlo en la configuración avanzada de energía.
Puede indicar a Windows que se duerma después del primer minuto de inactividad del ordenador o, por el contrario, deje el dispositivo de almacenamiento encendido en todo momento.
En el primer caso, la opción de poner el disco duro en modo de suspensión pretende reducir su impacto en el consumo de energía del ordenador.
En el segundo, la potencia continua del disco duro permite que sea más reactivo a la hora de tomar el control del PC.
Un argumento importante milita contra poner el disco duro a dormir: evitar el envejecimiento acelerado de los elementos mecánicos. El reinicio frecuente multiplica los ciclos de encendido/apagado de los cabezales de lectura y, por tanto, acelera su desgaste natural.
Esto también aumenta el riesgo de dañarlos, más aún cuando se mueve cuando el ordenador portátil se manipula con fuerza cuando la tapa está cerrada para guardarlo en una bolsa, por ejemplo.
Un choque para el dispositivo cuando los cabezales de lectura se encuentran en la secuencia de arranque y existe el riesgo de que entren en contacto con los platos y los rayan, lo que puede provocar la pérdida de datos.
¡Ten cuidado cuando cierre la tapa!
Además, la acción de cerrar la bandeja es de por sí un choque para el ordenador portátil y los elementos que lo componen; lo mejor es evitar que los cabezales de lectura se muevan durante esta operación.
La mejor práctica es poner el ordenador en reposo mediante el menú de encendido/apagado en lugar de cerrar la tapa.
El modo de espera manual del sistema daña los discos duros
Las suspendidas repetidas del sistema pueden dañar un disco duro, además, tenga cuidado cuando cambie al modo de espera cerrando la tapa. El procedimiento de espera tarda más que cerrar la tapa.
Para no imponer una tensión mecánica excesiva en el disco duro giratorio, es importante esperar a que finalice el procedimiento de espera que indican los LED de los portátiles.